Seguidores

domingo, 10 de agosto de 2008

EL ORFANATO

Una de las mayores gracias del cine español – al igual que el nipón – es que sus fantasmas pueden ser muy reales y, en ambos casos, están inspirados en los peores temores de los protagonistas. Esta combinación, en la mayoría de los casos, parece ser suficiente para armar una historia digna de comentar.


La pequeña Laura pasó una parte importante de su niñez en un caserón antiguo que funcionaba como Orfanato de Niños, hasta que fue adoptada y llevada lejos de ahí. Muchos años después Laura, que sigue pensando en su niñez, vuelve al orfanato con su marido y su pequeño hijo Simón con la intensión de reabrir el lugar para ayudar a niños discapacitados.

Con su marido, que es médico, y los recursos necesarios para comprar y arreglar el caserón, Laura da inicio a su plan de acción mientras intenta apaciguar los ánimos de Simón, que comienza a comportarse de manera extraña, asegurándole que cuando lleguen los demás niños tendrá muchos amigos con quién jugar. Sin embargo Simón, lejos de estar solo, le comenta a Laura que él ya tiene amiguitos con quién jugar dentro de la casa… el problema, es que sus amigos “imaginarios” ya comienzan a tomar un tinte medio oscuro dentro del lugar y la situación, y Laura se da cuenta que Simón está cada vez más fuera de su control.

Del mismo director de “El Laberinto del Fauno”, Guillermo del Toro nos sorprende ahora con una historia cruel y descarnada que, como las anteriores, no teme escarbar en lo profundo de la naturaleza humana y los temores para personificar los miedos en su máxima expresión, sin importar el género, momento o edad de los protagonistas, sometiéndolos (nos) a toda clase de torturas psicológicas y arrastrando, de paso, a los telespectadores junto a la marea de emociones que desencadena la película.

En resumen, más que una película de terror, el Orfanato apela a los propios temores y experiencias, resultando de esto una película dramática y triste, de fácil interpretación pero indudablemente más femenina que masculina de acuerdo a la naturaleza luchadora y persistente de su protagonista. Bastante buena.

AN AMERCIAN HOUNTING

Basado en la terrible historia de los sucesos registrados en una mansión el siglo XIX en Tanesse, Estados Unidos, “An American Hounting” debió ser una especie de “Amity Ville” o al menos “El Exorcismo de Emily Rose” dados sus antecedentes de violencia y tortura aplicadas a la joven hija de un matrimonio religioso. Sin embargo, la película dista bastante de un thriller de horror.Veamos por qué.

Cuenta la historia que, entre los años 1817 y 1821, la familia Bell sufrió del ataque certero y sistemático de una entidad paranormal hacia una de sus hijas, Betsy, durante su adolescencia. Desde entonces se le llamó al fenómeno “La Bruja de los Bell” y prácticamente todo el pueblo conoció y fraternizó con su situación.

Los ataques, que consistían en acoso durante el sueño, visiones, apariciones y ruidos durante la noche rápidamente terminaron en golpes y violencia tanto física como psicológica hacia la joven y también hacia su padre, John Bell, y parecían intensificarse a un nivel tan extremo que pronto fue evidente que si no se encontraba una solución al problema ocurriría una muerte en la familia Bell. Con esta premisa, fueron citados a la casa una serie de párrocos, profesores y todo tipo de mediadores espirituales para enfrentar al iracundo fantasma y librar a Betsy de un futuro bajo tierra, pero poco o nada funcionó hasta que, súbitamente pero coincidente con una muerte, los ataques cesaron.

¿Qué pasó en esa casa? ¿Qué despertó la rabia de la Bruja de los Bell? En “An American Hounting” se intenta responder a la interrogante con una pequeña pero no muy elaborada teoría que si les cuento ahora, es posible que arruine (aún más) la película, así que no lo haré.

“An American Hounting” tiene mucho del terror gringo que se caracteriza principalmente por el recurso del susto con sonidos fuertes y música atronadora, pero muy poco del terror psicológico que pudo haber explotando con tan gruesos antecedentes del caso Bell. Con todo, la actuación de la apaleada y zamarreada Rachel Hurd-Wood (Betsy Bell) es bastante buena pero no logra salvar las flaquezas de la historia.

En resumen, esta es una película que se inspira en un hecho real ocurrido en el siglo XIX en Estados Unidos, que cuenta con la participación de 2 tremendos actores como son Sissy Spaceck y Donald Sutherland para soportar parte del peso de la historia y que, además, cuenta con los recursos suficientes para hacer saltar de su asiento a más de un desprevenido auditor. O sea, es entrete pero pasajera. Habrá mejores versiones de este caso en cartelera. (Se espera).




THE DARJEELING LIMITED

Como todas las películas de Anderson, el paisaje frente a los ojos se visualiza parejo; sin mayores sobresaltos, gritos, llantos o risas, el especial humor omnipresente del director está en cada personaje, diálogos y escenas, haciendo de esta película uno más de sus arrebatos cinematográficos y estampando en ella, sin duda alguna, su clara y más que reconocible firma.



Así como Tim Burton tiene como musa inspiradora la inconfundible silueta de Johnny Deep, el director de “The Royal Tenenbaum” parece haber encontrado el suyo en Owen Wilson, a quién sigue incorporando en sus proyectos prácticamente, como parte de su firma personal. Afortunadamente, la simpática presencia del actor hace más digeribles las locuras del director resultando de esta unión películas más bien aceptables pero que comienzan a rayar en la locura del cinearte por el particular enfoque que logra de las relaciones humanas.

Ahora Wilson - que está medio tocado- en compañía de Adrien Brody (“El Pianista”) - que ya es un flaco enigmático - y Jason Scwarzman (María Antonieta) - otro nuevo loco en la escena - son tres hermanos que no se han visto en una cantidad suficiente de tiempo como para ni siquiera tener un tema en común y que, luego de la muerte de su padre, se dan cita para un viaje a la India convocado por uno de ellos para intentar un “viaje de reconexión” entre ellos mismos, sus vidas y sus lazos familiares.

Lo que comienza como un viaje casi obligatorio, donde todo es recelo y molestia, y donde los niveles de tolerancia entre ellos son nulos, se va convirtiendo en la medida que avanza el viaje - y el film – en una extraña complicidad entre ellos, donde cada uno conoce el límite de su hermano y se aceptan las manías que cada uno tiene con algo parecido al cariño. Los secretos que cada uno esconde del otro son develados y una leve red de soporte se va tejiendo entre ellos.

Acompañados de una excelente banda sonora a lo largo del viaje, los tres hermanos descubrirán el significado de la vida, la muerte, el sexo, el amor y la comunicación, todo esto envuelto en la particular visión de Anderson, claro está y con una locación de lujo, donde tan solo por la fotografía - junto a exposición de la cultura y ritos, la parte pobre, adinerada, espiritual y turística de India y la manera de relacionarse de ellos con toda esta riqueza de estímulos que tienen los protagonistas - vale la pena verla.

En resumen, The Darjeeling Limited es una película de 3 hermanos intentan reconectarse con ellos mismos y sus vidas en un viaje a la India, donde una serie de eventos inesperados harán de su aventura una verdadera travesía espiritual donde lo más importante será el bienestar de cada uno como un todo. Simpática, pero recomendable de ver solamente si disfrutó o le encontró algún sentido a “The Royal Tanenbaum” y “Life Aquatic”. De ser así, o gustarle la India, véala.

Remakes Nipones


¿Han visto alguna vez en alguna película una imagen fantasmal femenina emerger de algún rincón con el pelo negro largo tapando la cara, que a su vez es blanca y mortecina, quizás algo azulada, la luz de la luna sobre el espectro, un grito reprimido, gutural, casi un maullido atraviesa la sombra del cuarto y súbitamente, sienten que han vivido esto alguna vez? Hora de volver atrás el tiempo…

Partimos en el 2002 con “El Aro” y se convirtió en un éxito de taquilla. Hizo saltar a la fama a la no tan famosa por ese entonces Naomi Watts y comenzó una moda del terror asociada al pelo negro largo, los movimientos de cámara cortados y los fantasmas más reales del cine Hollywoodiense. Tanto fue el revuelo, que incluso dentro de la misma industria nació una no-película-de-terror hizo una parodia de la niña de pelo largo y los demás protagonistas de la saga…

Luego vino “El Aro II”, pero el resultado no fue tan exitoso como la primera parte, por lo que la industria hacedora de milagros comprendió que era necesario variar algunos ingredientes de la fórmula. De ese modo, en el 2004 y de la mano de Sarah Michelle Gellar, emergió “El Grito” (o “The Grudge”)… mismo revuelo, mismo terror, total espanto por los increíblemente palpables fantasmas japoneses, los gatos, los niños, los maullidos y nuevamente el aterrador fantasma del pelo largo que parece vivir en alguna esquina-closet-noria-bañera o rincón oscuro de donde nos pueda sorprender inocentes y distraídos para - y esto es su ideal - matarnos del susto.

¿Qué pasó después? Hollywood decidió que si le había ido bien a la I parte, fácilmente podría hacer la II y hasta una III partes… pero la segunda y tercera partes de “El Grito” apenas si llegaron a DVD o derechamente a Cable. Esta vez, recordando y temiendo que ocurriera lo mismo que con “El Aro II”, no se atrevieron a llevarla al cine y dejaron que la historia decantara por sí misma.

Sin embargo, lejos de detener la fábrica de galletas chinas, porque hasta ahora los experimentos daban resultados positivos, gente más asustada y nuevos dividendos en la ya vapuleada área del terror, agregaron más azúcar, algunas esencias y sucedáneos, y nos dieron 2 nuevos sabores para disfrutar: “El Ojo”, que protagoniza Jessica Alba y “Una Llamada Perdida”, con Shannyn Sossamon.

Pero resulta que “El Aro” (o “La Llamada”) es un remake de la cinta japonesa “Ringu”, estrenada en 1998… y su continuación también es parte de la historia original.
“El Grito” (o “The Grudge”) también es un remake de la cinta japonesa “Ju-On: The Grudge”, estrenada el 2003, sin embargo esta vez la saga fue dirigida por su director original, Takashi Shimizu, lo que podría servir como enmienda a la serie de plagios que seguiría la industria cinematográfica del terror nipón.

“The Eye” (o “El Ojo”) no es otra que “Jian gui”, de origen japonés, de los hermanos y directores Pang, original y estrenada el 2002. El argumento del film “The Eye”, al igual que el de “Jiang Gui”, es el de una chica ciega que recibe un transplante de córnea y comienza a vivir experiencias paranormales con la muerte, lo que la lleva a investigar más allá de lo que – irónicamente – puede ver. ¿Cuál es la diferencia entre una y otra? Bueno, que en la película original es a Mann (interpretada por Lee Sin- Je) a quién le ocurren estas cosas. Y en la versión remasterizada le ocurren a Sydney… protagonizada por Jessica Alba.

Por su parte, la recién estrenada en Estados Unidos “Una Llamada Perdida” también es un remake de la cinta del mismo nombre, pero estrenada en Japón el 2003 por el director Takashi Miike y el argumento de la cinta, al igual que en las demás películas “homenajeadas” por el cine estadounidense, también es el mismo. La trama, es cierto, está un poco recortada, un poco suavizada y bastante más digerible para los espectadores no-nipones acostumbrados a historias laberínticas y fantásticas, pero como en todos los casos antes mencionados, básicamente es la misma.

Según parece, el cine norteamericano presupone que la única forma de gozar el verdadero terror japonés es mediante un remake de alguna película nipona, para que nuevos actores gringos jueguen roles que los antiguos actores japoneses representaban sin problema alguno, pero que estos veladores expertos y sin tribulaciones morales de ningún tipo, han decidido que es mejor ver de esta forma.


¿Qué podemos esperar ahora? Bueno… queda “El Ojo II” todavía por llevar a remake… y un sinfín de otras películas japonesas por plagiar. Nada de extraño que ahora también decidan hacer una nueva versión de “Shooter”, aunque fue estrenada en nuestro país por el Cine Hoyts recientemente, pero en uno o dos años más, ¿por qué no podría volver a cartelera de la mano de Keanu Reeves y la Jolie?

Estoy a favor de Keanu realizando casi cualquier película posible, pero en este caso particular… y habiendo revisado una buena cantidad de películas originales antes del remake, les daré un consejo que bien puede convertirse en un favor para quiénes gozan de los argumentos intrincados y tienen suficiente memoria y movimiento neuronal para seguir una historia de principio a fin: Vean la original. Es mil veces mejor.

ATONEMENT:¿Es realmente el tiempo la cura para el daño?

Generalmente, al emitir opiniones personales sobre personas o acontecimientos, ocurre que somos descuidados con la información que estamos propagando o poco delicados con los juicios que tan seguramente damos por sentado, por lo que siempre es recomendable informarse।Al menos, antes de opinar.


Atonement, o “Expiación”, está erróneamente catalogada como una película de amor, pues la verdad es que se trata de un film que habla sobre cómo el criterio mal contextualizado de una persona en una determinada situación, puede modificar de manera irremediable la vida de otras personas.

En esta película es posible apreciar cómo la desinformación influye en la opinión de las personas, pudiendo desencadenar caos, arrasar con expectativas y trazar caminos inciertos para quiénes son víctimas de los comentarios.

Ambientada en la época de la II Guerra Mundial, Atonment, cuenta la historia del enamoramiento del hijo de la criada, Robbie, (James McAvoy) por la hija de su patrón, Cecilia, (Keira Knightly) vista a través de los ojos de su joven e imaginativa hermana menor, Briony, quién a su corta edad ya escribe guiones de obras y se prepara para ser una futura novelista.

Con el miedo inminente a que comience la guerra, pero viviendo una vida llena de lujos, visitas sociales y acalorados fines de semana familiares, los Tallis esperan la llegada del hermano mayor para una tertulia familiar mientras Briony prepara el montaje de una obra con sus primos menores y Cecilia lucha por establecer diferencias sociales entre ella y el hijo de la criada, Robbie, quién estudia para convertirse en médico, con el apoyo económico de su patrón.

En una serie de desafortunados acontecimientos que involucran la pedofilia, el engaño, la hipocresía, las buenas intenciones, la nobleza del corazón, las apariencias y, por sobre todo, la falta de comunicación entre los miembros de la familia, Robbie es acusado por Briony de asaltar sexualmente a más de una chica en una noche de verano en que es invitado por los anfitriones a cenar a la mansión donde trabaja, para luego ser conducido a prisión y a un futuro incierto, donde debe abandonar sus estudios de medicina, su creciente amor por Cecilia (Keira Knightly) y sus sueños de una vida mejor.

El tiempo tendrá la misión de terminar de llenar los vacíos en la historia que Briony ha tejido en su mente y la explosión de la guerra les enseñará a todos una lección de humanidad, pero será ella quién aprenderá a pedir perdón por su arrogancia y falta de visión, cuando termina por ofrecerse para trabajar como enfermera voluntaria en un acto de remisión por sus faltas, esperando la oportunidad de enmendar los errores de juicio que cometió en su juventud.

Con una excelente fotografía, un vestuario indiscutiblemente bien lucido por la espigada figura de Knightley, varias nominaciones al Oscar y Ganadora de un Globo de Oro en la categoría de Mejor Película Dramática, Atonement es un relato doloroso y oscuro, lleno de misterios, y espaciado por oleadas de tiempo, que espera su momento para ser develado.

Disturbia: Acechando en la Oscuridad

Disturbia es una película sorpresiva. Aún cuando la trama es algo adolescente por lo del típico joven con problemas de autocontrol que le “responde” mal al profesor y debe pasar sus 3 meses de vacaciones de verano en la casa castigado - con arresto domiciliario y el aparatito delator tipo gollete en la pierna, off course! - esta película cuenta con herramientas suficientes para pasar por alto la ingenuidad de su argumento.



Luego de la muerte de su padre en un accidente automovilístico, donde él era quién manejaba, Kale (Shia LeBeouf) pasa por un oscuro período de ira contenida donde cada provocación es respondida con un grito o un golpe, incluso su profesor de español, quién luego de un tirante intercambio de opiniones tiene la mala idea de mencionar al padre de Kale y termina con un ojo morado.

Esta situación lo lleva a la corte por agresión y luego de esto es sentenciado a 3 meses de arresto domiciliario con detector de movimientos incluido, por lo que no puede moverse del área de su casa o la policía vendrá por él.

Las cosas podrían ser fáciles para él bajo las circunstancias de su “castigo”, pero su madre (la ex Trinity Carrie-Anne Moss) se encarga de que no se quede viendo televisión ni jugando todo el día, por lo que no le va quedando más entretención que la de las señoras viejitas y los retirados: mirar por la ventana.

Sin embargo esta entretención, inocente en un comienzo, se volverá su alimento una vez que se “adentre” en las vidas de sus vecinos llegando incluso a cronometrar sus actividades para poder “apreciar” algunas con más calma, con sus binoculares y comida suficiente para horas y horas de acecho en la oscuridad, hasta que descubre que uno de sus vecinos podría ser un psicópata en potencia, pues su descripción encaja en la que da la policía de un asesino serial, y porque su comportamiento inquietante soporta la teoría.

Así, sin evidencias ni pruebas de sus supuestos delitos, y sin la posibilidad de salir de la casa para descubrir por sí mismo qué tan acertado o equivocado está, no le queda más remedio que pedir ayuda a uno de sus amigos que lo visita en su “celda” y a su nueva vecina, una chica nueva que lo mantiene más tiempo del usual desvelado y pegado a la ventana.

Destaca el papel de David Morse como el inquietante vecino, el Sr. Turner, cuya personalidad impenetrable y modales impecables hacen dudar a cualquiera sobre la verdadera naturaleza de su personaje y la actuación, bastante sólida, de Shia LaBeouf con sus cambios de humor, rabietas contenidas y su obsesión por este vecino que poda el césped una y otra vez.

LA MÔME PIAF

“No, no me arrepiento de nada. No, yo no me arrepiento de nada. Ni del bien, ni del mal que me han hecho, Todo eso me da lo mismo, Está pagado, barrido y olvidado. Barridos para siempre: vuelvo a partir de cero”


Sin duda, uno de los temas más interesantes del cine es el intento de desentrañar los mitos tras los íconos. Pasó con Morrison, con Marilyn, con Picazo y con cada figura de la escena artístico-bohemia que se ha introducido – querámoslo o no - en nuestro sistema, en nuestros recuerdos y, por qué no decirlo, también en nuestras almas.

¿Qué tienen estas personas de especial, que queremos saber sus vidas e historias personales? Será porque ellos han vivido de acuerdo a lo que han querido hacer, siguiendo sus sueños personales, viviendo sus vidas al límite… ¿Será envidia o admiración? ¿Quién no ha querido ser famoso, reconocido pero, todavía más importante, vivir de lo que más le gusta hacer en la vida?

“La Môme”, o “La vida en Rosa”, como fue traducida al español la película que cuenta la obra de Edith Piaf nos entrega algunos fragmentos importantes en la vida, nada rosa, de la cantante para conocer e intentar comprender el porqué de su avasalladora personalidad y aguda lengua. Son pequeños trozos de historia y posibles exageraciones, que se explican por el cariño al mito tras la mujer, del director y quiénes asesoraron la película y conocieron a la Piaf y que son parte de la imagen que desean mostrar en de esta tremenda gorrioncita callejera. Una cara del cubo.

Sin embargo, aún cuando en “La Môme” podemos verla como una mujer que sufrió grandes dolores y pérdidas emocionales importantes, también es claro que Edith fue una mujer muy apasionada, que vivió cada segundo de acuerdo a lo que le permitieron sus habilidades y capacidades y que, al final del camino, sumando y restando experiencias y excesos – desgraciadamente muchísimos excesos - simplemente no se arrepiente de nada. Tal como en la letra de “Non Je Ne Regrette Rein”.

También es posible apreciar, aunque en muchísima menor medida, algunos fragmentos de su vida amorosa que contó entre sus conquistas más importantes los nombres de otros mitos e íconos de la talla de Marlon Brando, Yves Montand, Charles Aznavour e incluso, se comenta, Marlene Dietrich.

Sin embargo, y aún cuando era percibida por muchos como una “devoradora de hombres” parece ser que también ella fue devorada por sus propias pasiones y que fueron estas mismas las que arrancaron los más dolorosos acordes en su vida, como queda de manifiesto en muchísimas de sus canciones, como por ejemplo ·”El Himno al Amor” que dedica a su adorado Marcel quién le es arrebatado – como casi todo en su vida – por un accidente aéreo, desatando su locura y dependencia a la Morfina. Este incidente, concuerdan sus conocedores, es el principio de su fin.

En resumen Edith vino, vivió, amó, luchó, cantó y encantó, como si en eso se le fuera la vida y solo por la manera en que el director, Olivier Dahan, plasma esto en la película y la tremenda actuación de una muy (¡pero muy!) parecida Marion Cotillard, cuya visión de la Piaf es huracanada por decir lo menos, es que hay que ver esta película. Y no detenerse ahí, porque al finalizar la película, queda la sensación de que faltaron cosas por ver, temas por tratar, vida por vivir. El mito de la Piaf es un misterio que vale la pena desentrañar. Una experiencia que de seguro puede cambiar la vida de muchos.

SHUTTER, Están Entre Nosotros: No hay Escape.

La culpa es una sensación compleja de manejar. Desde el momento en que se tiene total conciencia en que lo que está haciendo está mal y las consecuencias de esos actos, tarde o temprano se harán presentes, que la culpa es una sensación compleja de manejar.


Sin embargo en “Están entre Nosotros” este sentimiento se vuelve aún más patente, cuando el protagonista de la cinta, el fotógrafo Tun (Ananda Everinghan) y su novia, la también fotógrafa Jane (Natthaweeranuch Thongmee) comienzan a experimentar los más diversos efectos de la culpa en la vida diaria luego de atropellar (accidentalmente), huír (intempestivamente) y abandonar (descaradamente) a media noche y en la escena del crimen, a una joven en la carretera al volver de una noche de juerga.

La pesadilla más temida se hace realidad y el mito urbano del fantasma que persigue sin tregua a su victimario parece ser uno de los fetiches del cine japonés, pues en esta cinta es explotada, hasta el cansancio, la imagen casi real de la mujer de blanco con el pelo negro y los ojos inyectados en sangre que aparece en los espejos, los cuartos oscuros, las noches de lluvia y los malos sueños que derivan en que, finalmente, ambos implicados acepten que han cometido un error y deben solucionarlo.

Es así como Jane y Tun irán descubriendo, tras el lente de sus cámaras, una serie de acontecimientos que parecían inconexos entre sí pero que una vez revelados harán de la vida cotidiana de esta pareja una escalofriante experiencia basada en un simple argumento: Nunca estamos del todo solos….Ellos están entre nosotros.

Con todo, y a pesar de los muchos clichés que son parte de la identidad nacional de este cine, “Están Entre Nosotros” tiene un mensaje mucho más poderoso que la simple relación entre crimen y castigo: Esta película habla, veladamente, del karma, pero por sobre todo, del efecto que tienen nuestras acciones en la vida de los demás.

Como para verla y ponerse a enmendar errores como loco.

Dirigida por Banjong Pisanthanakun y Parkpoom WongpoomEscrita por Banjong Pisanthanakun, Sopon Sukdapisit y Parkpoom WongpoomEditada por Manop Boonvipat y Lee Chatametikool

DIARIO DE UN ESCANDALO: El secreto de la experiencia

Un mentiroso encubriendo a otro mentiroso puede ser algo muy difícil de detectar. O muy fácil. Todo depende de la comunicación que tengan estos mentirosos entre sí.


“Diario de un Escándalo” es una película narrada en primera persona e inspirada en un hecho real. Se trata de la historia de Sheba Hart (interpretada por la magnética Cate Blanchett), una profesora joven y guapa, pero incompleta y fraccionada que llega a un nuevo colegio a enseñar Arte y cae bajo la mira de otra profesora, Bárbara (la siempre inquietante Judi Dench), quién amarga, solitaria y muy dura en su juicio con los demás, la observa a diario hasta que súbitamente comprende que hay un punto de convergencia en ese universo de profesores que las une: La insatisfacción

Bárbara vive sola con su gata, Portia, quién podría perfectamente ser el sol en su universo de frialdad y descontento, ya que no cuenta con familia o amigos a quiénes les importe verificar si continúa con pulso o no. Sheba, por su parte, vive con su marido, quién es varios -quizás demasiados- años mayor que ella y sus dos hijos: una adolescente dramática y un niño con síndrome de down.

La amistad que desarrollan estas dos mujeres se basa en la necesidad de ambas de representar distintos roles acordes a la personalidad de cada una: pecadora y confesora, madre e hija, amigas y rivales, criminales y cómplices y, en general, de cada revés que sea posible representar en la relación de dos mujeres adultas.

Sin embargo, esta realmente se solidifica cuando Bárbara descubre que su protegida mantiene un tórrido e ilegal romance con uno de sus más aventajados alumnos de la clase de arte quién es, claramente, varios – quizás también demasiados- años menor que ella, y se ve obligada a tomar una decisión que determinará el curso de su relación.

Es así como Bárbara terminará conociendo a Sheba, su familia, su casa, su vida entera, incluyendo sus oscuros secretos, debilidades y fortalezas, la comprenderá, defenderá, vivirá a través de ella y en el momento final, cuando es importante ver quiénes nos acompañan en nuestros errores, se mostrará también ella, su limitado universo, su casa, su diario y su vida entera… incluyendo, por supuesto, sus oscuros secretos, debilidades y fortalezas.

Abstenerse de verla los obsesivos y los psicópatas.

Dirección: Richard Eyre.País: Reino Unido.Año: 2006.Duración: 92 min.Género: Drama.

¡Abrazos Gratis Para Todos!

En Providencia con Los Leones se puede ver, bastante seguido, un par de tipos sosteniendo un cartel que dice “ABRAZOS GRATIS”। La gente pasa y mira los carteles, muchos desconfían, otros se dejan llevar por la oferta. ¿Qué se hay detrás de esto?


Muchas veces al pasar por Providencia veía un tipo – a veces dos ¡o tres! - sosteniendo un cartel en alto que decía “Abrazos Gratis”, frente al edificio de los caracoles. Y varias de las muchas veces que pasé frente a él me quedé pensando si sería en serio o no, si esto de los abrazos era de verdad o se trataba de alguna campaña, y resultó que había toda una historia detrás.

Aparentemente todo comenzó en Sydney, Australia, cuando Juan Mann caminaba, cabizbajo y entristecido, por las calles de la ciudad. Recién volvía de Londres y se sentía muy solo, pues toda su familia estaba distanciada entre ellos y lejos de él, al igual que sus amigos y, para colmo, su novia había roto con él. En ese escenario, el Sr. Mann, vagaba por la vida conviviendo con su pena cuando una desconocida le salió al paso en una fiesta y le hizo un regalo que cambiaría el rumbo de sus días. Se paró frente a él, le sonrió y abrió sus brazos para envolverlo en un cálido abrazo. Sorprendido, pero curiosamente aliviado, Juan le preguntó el porqué de su regalo y ella le contestó que era porque un abrazo podía traspasar alegría, y ella quería compartir la suya con él.

Seis meses después de ese episodio Juan, que todavía pensaba en ese momento, comprendió que era muy fácil regalar alegría y quiso que todo el mundo pudiera experimentar lo mismo que había sentido él luego que esa desconocida lo abrazara, por lo que decidió que, para no molestar a quiénes no deseaban este contacto físico, se haría un cartel con la frase: FREE HUGS (abrazos gratis) y se pasearía todos los jueves con el cartel en alto promocionando su regalo.

La primera vez que lo hizo, tuvo que esperar al menos 15 minutos antes de que una anciana se decidiera a aceptar su ofrenda, pero luego de este primer éxito, la gente comenzó a prender con la iniciativa y pronto se volvió un juego de niños ver cuántas personas deseaban recibir un abrazo de un desconocido. Juan se puso muy contento y siguió realizando esta labor de alegría hasta que, súbitamente, a la policía le pareció que había algo raro en la campaña y decidieron prohibir los abrazos gratis. Entonces comenzaron las firmas. Tanta fue la gente que firmó a favor de los abrazos, que pronto se restableció el orden anterior y esta vez mucha más gente se sumó al cometido y se comprometió a repartir abrazos junto a Juan. Nuevos carteles se vieron en lo alto ofreciendo esperanza y contacto humano sólo por la alegría de hacerlo y nació una organización. (www.freehugs.com)
El éxito de la iniciativa fue tan comentado por la gente y la prensa, que en poco tiempo se propagó por los demás países hermanos, logrando siempre sonrisas y mimos, hasta llegar a Chile donde nuevos entusiastas abrazaron la empresa y también se sumaron a la campaña de optimismo.

La evolución de la idea se puede apreciar en este “compilado” con banda sonora, cortesía del líder del grupo “Sick Pupies”, quien agradecido por el abrazo que Mann le dio un día en la calle, le regaló a su vez este video: http://ociosoft.blogspot.com/2006/11/abrazos-gratis-free-hugs.html

Esta es la historia oficial tras los carteles, la historia que los creadores de “Abrazos” han querido difundir, y aunque bien puede ser un mito urbano, o un montaje, sigue siendo una iniciativa destacable y, por supuesto, practicable.

Otro dato, el nombre Juan Mann no es un nombre real sino un juego de palabras que se pronuncia “One Man” (un hombre) haciendo relación a que a veces basta un solo hombre para hacer la diferencia.

Es curioso ver como cada vez menos cosas en la vida son gratis, pero definitivamente es satisfactorio darse cuenta de que muchas de ellas siguen siendo las mejores.

Abrazos gratis para todos.