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jueves, 8 de julio de 2010

LA VIDA DE LOS PECES: Dos horas de mi vida que no volverán.

Si bien es cierto que el director Matías Bize había tenido éxito explorando el lado más oscuro del almita de Blanca Lewin al meterla en la cama con Gonzalo Valenzuela y luego exponiéndola a no querer casarse en la cinta documental de la novia “Sábado”, pero esta vez - lamento decirlo- no ha tenido éxito.



La vida de los peces (re)busca las emociones perdidas en el tiempo de una pareja de pololos que terminaron, por lo que se entiende en el film, casi por el aburrimiento de tenerlo, prácticamente, todo: Tiempo, ganas, amor, amigos, etc.

Santiago Cabrera, el protagonista, le pide un tiempo a Blanca y ese tiempo termina convirtiéndose en años porque como la vida suele hacer lo que quiere con uno, que más bien parece un calcetín sin rumbo en una lavadora de situaciones irremediables, ocurre que en más de una ocasión las cosas no se dan de acuerdo “ a lo planeado”.

Años después Santiago vuelve para encontrar que Blanca tiene mellizas y se casó con un gringo fome. No es felíz ni parece querer serlo. Sólo le pasó la vida. Y tomó las elecciones que, en el momento, le parecieron adecuadas.

Por otro lado, él, trabaja como un nómade periodista de viajes. Su propia itinerancia lo ha llevado a sentirse parte de todo y nada a la vez, y esta crisis de desarraigo es la detona su regreso a Chile, coincidente con el cumpleaños del típico compañero de la Universidad que siempre celebra en grande.

En ese escenario, lleno de recuerdos, se encuentra Santiago en el desasosiego de esperar la llegada de Blanca o no. De tomar el vuelo que sale esa noche a Amsterdam o someterse a los designios del reloj, que sigue avanzando implacable. En un arrojo de valentía, decide esperar la llegada de Blanca casi autoengañándose y despidiéndose de cada persona en la casa por espacio de, mínimo, media hora, con tal de que coincida su salida con la entrada de ella. Y por supuesto, cuando va de salida, llega ella. Así comienza su última oportunidad de cambiar el destino que los separó.

Pero aquí hay un problema. No es el tema de la película, sino el tratamiento que se le da a este. Entre la muerte misteriosa (y no aclarada mayormente por nadie en el film) del hermano del cumpleañero, los amigos y ex compañeros de la universidad y el desarrollo de las vidas de todos ellos, se pierde el tema central y a ratos parecen más entretenidas las conversaciones que se dan fuera del tema amoroso central.

Blanca parece realmente cansada y no explora más allá de lo que dice su personaje en sus acciones y Santiago no parece conectar con ella más de lo que conecta con sus amigos. Es un outsider de la película completa y todo su elenco. Tiene buenos ángulos y un juego de miradas tácitas bastante intensas que ayudan al objetivo general de la película, pero se extraña un mayor desarrollo del tema, una perspectiva más íntima de lo que pasa por la cabeza de los aludidos, casi una voz en off. Para todo.

Por otro lado, sí son mencionables algunos aciertos como la escena en que ella comienza a hablar con él y se ve de perfil pero hablando con la sombra de Santiago. Se entiende que habla casi con un fantasma, es simpático el efecto y se comprende.

También la abstracción del protagonista cuando sostiene una conversación tensa o importante con otro personaje y aparece una sordera del resto del ruido ambiente, pero así y todo, la trama se vuelve lenta y falta de vida.

Habría sido una buena idea utilizar algunos raccontos para hacer el relato más dinámico y aportar más color a los personajes en general.

Habría sido lindo explorar un poco más el tema del abandono, de cómo pasa que aún cuando todo parecía ir en una dirección determinada se pueden torcer los destinos de manera irremediable, de qué hacer cuando no hay conformidad con el plan final y se quiere, se necesita, arrebatar un poco de lo que la misma vida te ha ido quitando.

Habría sido bello ver cómo hay quiénes son dueños de sus vidas y no títeres del destino.

Faltó coraje. Faltó propósito. Y faltó vida.

Salí del cine con la molesta sensación de que había perdido parte de mi tiempo. Qué molestia.

ACROSS THE UNIVERSE: Only for open minded fans

Advertencia: Existen dos tipos de fanáticos de los Beatles; Los que son capaces de soportar un cover del grupo y los que no. Si Ud. es uno de los segundos, le aconsejo que aborte inmediatamente la lectura y vuelva a sus discos remasterizados sin siquiera recordar que alcanzó a leer estas líneas. Si, de lo contrario, es Ud. un fanático capaz de soportar la idea de que alguien más – aparte de Ud. – haya gustado tanto del grupo y sentido la necesidad de rendir un tributo, entonces tiene permiso para continuar con esta lectura.



Across The Universe narra la historia de Jude, un joven trabajador de fábrica de Liverpool sin mayor futuro que aspirar a un cheque a fin de mes por la monotonía de sus servicios, y quién un día decide que es hora de recorrer un poco del mundo para ver a qué sabe y, de paso, averiguar el paradero de su progenitor.

Así comienza el viaje de Jude a Norteamérica, donde conocerá a Max, un aventurero, altamente intranquilo y siempre curioso, que huye de la universidad para conocer también un poco de la gran manzana. Juntos emprenden un viaje a Nueva York, mientras se van cruzando en el camino con prácticamente todas las canciones de los Beatles encarnados en singulares personajes. Así tenemos a Prudence, una pequeña vietnamita de Ohio que busca su destino en el mundo; Sadie, la viva imagen de Janis Joplin; Jo jo, el guitarrista de Sadie, quién tiene un parecido remarcable a Jimmy Hendrix; Lucy, la hermana de Max y novia de nuestro protagonista, y varios otros guiños de la época, contextos y temas de las canciones.

Ahora, ¿por qué verla? Bien, aparte del placer que produce el distinguir tantas, y casi todas, las canciones, vale la pena verla por la forma en que se utilizan las letras de los temas vistas desde otras perspectivas en la construcción de la película. Sin ir más lejos, y a modo de bocadillo, me permito contar que una de las primeras canciones que aparecen en la película es “I wanna hold your hand”. Como bien saben, esta canción habla sobre una confesión amorosa que, al ser revelada, pide el apoyo del elemento inspirador. Y dice:

“Yeah, I´ll tell you something, i think you´ll understand. When i say that something, I wanna hold your hand… Oh please, say to me, you´ll let me be your man. And please say to me, you´ll let me hold your hand...I wanna hold your hand, oh let me hold your hand. And when I touch you, I feel happy inside… it´s such a feeling that my love, I can´t hide.”

La letra, por supuesto, no es nada nuevo o inesperado, al menos dentro de la métrica de lo que se considera “normal”. Y sin embargo, es una mujer quién se la canta a otra. Nice touch.

De la misma forma, recorremos gran parte de la discografía de la mano de todos los personajes presentes en la cinta, - no olvidar que se trata de un musical – pero acomodadas a las vivencias que van experimentando, a los lugares, situaciones y a los otros personajes a los que se ven enfrentados durante el metraje.

Otra singularidad de la película, ambientada en los años 60, es la crítica al sistema del Tío Sam y su “I WANT YOU” del cual parecía no haber escape en el momento y al que se ve sometido Max, quién al dejar la Universidad queda vulnerable a cumplir con su deber patriótico.

Dentro de la escena en que Max se enrola, hay una gran similitud con The Wall y sus martillos nazis, caricaturizando al producto (soldado) y la elección (y empaque) de éste. Nuevo enfoque del tema “I want you” que, en este caso, canta el mismísimo Tío Sam, y la que es “so Heavy” termina siendo la estatua de la libertad al ser cargada sobre la espalda de los jóvenes soldados que envían a la guerra.

También vale destacar la presencia del Wallrus Egg Man, interpretada por Bono en su Magical Mistery Tour, que entraña un viaje psicodélico y culmina en una travesía a lo Sargent Pepper.

Por supuesto, y como era de esperar, también será posible apreciar lugares comunes como el techo del último concierto y más de una cantina de borrachines tristes que toman decisiones por medio de canciones envalentonadoras.

Además, ¡el protagonista es calcado a Mc Carntney!